lunes, 5 de octubre de 2009

Una de juegos

Desde hace dos días por motivos técnicos (básicamente la conexión de mis padres, que decidió irse de fin de semana), no he podido cumplir mi rito semanal de escribir una entrada semanal en el blog, pero bueno, vamos a ello.

El caso es que además tenía el tema preparado desde hace unos días, cuando contestando en este blog a un comentario de una asidua visitante aficionada a los vampiros (no voy a dar más pistas, je, je), hablé de un tipo de juegos, recomendándoselo.

Los juegos a los que me refería son los juegos de rol, y hoy os voy a contar de qué manera me resultaron beneficiosos para mi faceta de escritor.

Para los que no los conozcan, empezar contando lo malo o más desagradable de ellos. Aquí en España hubo un par de asesinatos que la prensa y la televisión no tardó en asociar al género de los juegos de rol (y con razón, en parte; uno de los asesinados fue durante una partida en vivo), y se aprovechó para hacer una caza de brujas. No os cuento los problemas que tuve con mi familia por jugar a dichos juegos. Y aunque como ya he dicho los juegos fueron la justificación, es cierto que no tenían más responsabilidad que el fútbol en el caso de que en una pelea entre hinchas de equipos rivales uno sea asesinado.

Pero bueno, dejando eso aparte, os voy a contar a grandes rasgos en qué consiste esto del rol. Temáticas hay muchas y muy diferentes: fantasía, los mundos de Lovecraft, vampiros,… y para jugar la mayoría de las veces solo se necesita un libro con las reglas, papel para dibujar mapas y cosas así, dados, unos personajes creados por los jugadores y, lo más importante, imaginación.

Ahí está el quid de la cuestión. Son juegos que, bien jugados, te hacen pensar e imaginar para solventar una situación. Ya de por sí algo que te haga pensar en vez de darte todo masticado tiene obvias ventajas, pero aún hay más.

En el juego de los jugadores es el director de la parida, y establece un trasfondo, una situación o una problemática para el resto de los jugadores, y dichos jugadores deben enfrentase a ella y, en la medida de lo posible, solventarla y salir airosos de ella. Esto se consigue como ya he dicho con la imaginación, las ideas y el curso de las conversaciones entre jugadores, y por medio de otro elemento no menos importante, las tiradas de dados que son las que dictaminarán el éxito o fracaso de acciones tales como trepar a un árbol o encontrar un libro oculto tras unos tablones, por poner un par de ejemplos.

Leo lo escrito y veo que estoy metiendo un texto un poco farragoso, sobre todo para quien no conozca el tema, pero ya llegamos al punto clave.

Siempre que jugué a rol lo hice como director de la partida, lo cual implica preparación, documentación, tomar notas, buscar mapas,… ¿os suena todo eso? Actividades paralelas a las que muchos realizamos a la hora de comenzar un nuevo cuento, libro, o lo que sea.

Más tarde, una vez empezada la partida y con el resto de jugadores preparados, el director debe establecer una situación creíble, detallada y descriptiva. No olvidemos que el juego se desarrolla prácticamente en la imaginación de los jugadores, por lo que si se encuentran dentro de una habitación, debes ser capaz de poder describírsela de tal modo que todos la vean en su cabeza de la manera que tú quieres. Exactamente igual que en una novela.

Mueves a los personajes, pero son ellos los que deciden, son el resto de jugadores los que muchas veces te van a sorprender saliéndose por las ramas o encontrando una solución en la que no habías caído, y se exige de ti que tengas la suficiente rapidez como para que puedas desarrollar la nueva situación en la que la partida ha desembocado.

Es decir, echo la vista atrás, pues hará cosa de siete u ocho años que no juego, y veo mucho paralelismo entre aquellas partidas que creé en su día y los libros que hoy escribo. Si soy capaz de describir un pueblo es porque, no lo dudo, todas aquellas partidas me ayudaron a pulir mi técnica. Y lo mismo a la hora de documentarme. Debo confesar que para mi segunda novela utilicé unos mapas y unas anécdotas que ya un día usé en una partida.

Sinceramente pienso que cualquier persona aficionada a escribir debería probar uno de estos juegos, es estimulante intelectualmente hablando ver cómo los personajes (el resto de jugadores), se enfrentan a las adversidades y tratan de salirse del tiesto, poniéndonos las cuerdas (aunque hay veces que nuestros propios seres de ficción, nos ponen casi en la misma situación).

¿Y vosotros, habéis jugado alguna vez a uno de estos juegos?

6 comentarios:

Sergio G.Ros dijo...

Jesús, hace mucho tiempo que jugué a uno de esos juegos de Rol. Entiendo perfectamente tu razonamiento, y me parece cuando menos curioso e interesante lo que has expuesto. Pero, ¿no es en el fondo la escritura un compendio de las cosas que hemos experimentado en nuestra vida? Perdona si me he puesto muy filosófico, pero, chico, tú tampoco te has quedado a la zaga (lo digo en el buen sentido porque me ha gustado tu planteamiento). Creo que el paralelismo que haces entre los jugadores de rol y los personajes de un libro es muy acertado, básicamente, uno de los planteamientos para escribir es colocar a un personaje y enfrentarlo a una situación para ver si puede superarla y de qué forma.
Muy buena reflexión.
Un abrazo.

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Yo nunca he jugado a ese juego, y no por lo que hayan dicho, sino porque ignoraba que existía.Fue a raíz de esos asesinatos que supe de ellos.
Sí, hombre, yo veía en las librerías algunos libros con dibujos, libros diferentes a los que suelo comprar, tebeos y revistas; pero no podía imaginar que se trataba de juegos de Rol.
Muy interesante lo que cuentas.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo fui jugador de rol durante mucho tiempo y es cierto que cuando ocurrieron los asesinatos ocultaba un poco más mis libros de Vampiro, Kult, etc, en mi habitación, pero no tuve problemas con mis padres. Fue un momento duro para muchos, y mucha de la gente con la que habitualmente jugábamos se pasó a jugar a Magic o a juegos de miniaturas.

Sea como fuere, gracias a aquellos juegos me aficioné aún más a la escritura, pues me gustaba muchísimo escribir hojas de personaje, cartas entre jugadores, ambientaciones, etc.
Los juegos de rol estimulan la imaginación, y pese a su mala fama (ahora creo que ya superada) los utilizaría en algunas asignaturas escolares, ya que obligarían al alumno a imaginar ser otra persona en otro tiempo y lugar.

En mi caso particular, cuando el grupo de amigos que nos reuníamos para jugar a rol se fue disgregando (novias, otros hobbyes, etc) empecé una partida de rol on-line, basada en el juego de Vampiro La Mascarada a la que llamé Dolce Vitae, ya que estaba ambientada en la Roma de los 80, que se jugaba mediante epístolas entre jugadores y una quedada semanal a través del chat del IRC. Fue un éxito durante casi dos años.

Ahora ya no juego a rol, la gente que conozco prefiere jugar a juegos de tablero (eurogames como Caylus, Pilares de la Tierra o Carcassone) o de cartas (Ciudadelas, San Juan o Iluminati), pero la verdad es que tengo muchas ganas de retomar mi vieja afición rolera, porque ahora estoy seguro que las partidas serían muy diferentes a como eran en aquella época, donde nos importaba más "matar al monstruo" que la diplomacia y las sutilezas de la vida adulta.

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Hola Deusvolt,
sí, mirado bien en efecto es un compendio de experiencias, supongo que nos influyen cosas a la hora de escribir de las que ni siquiera nos damos cuenta.
En efecto nosotros colocamos a los personajes, pero los pobres acaban haciendo lo que nosotros queremos, la ventaja de estos juegos es que dan la posibilidad de que esos personajes nos sorprendan.
Un abrazo.

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Hola Juan, sí, desgraciadamente lo de los asesinatos nos dio un poco de mala fama (en el caso del "asesino de la katana", tal y como lo llamaron en los medios además dijeron que lo había hecho por parecerse a un personaje de un videojuego llamado "Final Fantasy VIII" y, ¿adivinas quién tenía ese mismo juego y además coleccionaba todos los juegos de la colección?
Lo dicho, que fueron años muy duros para mí (y sobre todo para mis padres, que apostaría a que estaban un poco asustados con todo lo que se oía).
Un abrazo, señor.

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Hola grendel,
Recuerdo que leí "El Señor de los Anillos" tras jugar una partida a su juego de rol, y pensándolo con perspectiva, no seguí el orden lógico, claro.
En efecto fomentan la lectura, ya que muchos están basados en autores y novelas, como el caso antes mencionado o "La Llamada de Ctulhu" (creo que se escribe así).
¡Ah, Vampiro, qué recuerdos, creo que aún tengo por ahí alguna partida!
Y chico, tú me pillas cerca, por lo que ahora que sé que juegas a Carcassonne y demás en breve te aviso y nos echamos una partidilla de "Arkham Horror" o algo así.
Un abrazo.