miércoles, 25 de agosto de 2010

Llego tarde, llego tarde...

Últimamente me siento como cierto conejito blanco que, sin perder de vista el reloj, teme por la posible pérdida de su cabeza.

Y es que estos últimos meses he andado corto de tiempo, entre el embarazo, temporada alta en mi trabajo, y asuntos varios, me han tenido alejado de estos mundos virtuales a los que, sin embargo, tanto he añorado.

Sin embargo aquí estoy, de nuevo, con el firme propósito de recuperar el timón (está por ver si lo consigo). Y por lo menos este retiro también estuvo justificado ya que por fin acabé la segunda corrección de mi novela, y ya ha empezado a buscar su camino. Debo reconocer que esta segunda corrección ha sido extenuante, ya que gracias a los acertados comentarios de un amigo (que, a pesar de ello, me sacó los suficientes puntos negativos como para sonrojarme), el conjunto ha quedado muy limadito, con incorporación de personajes principales y reescritura de ciertos capítulos.

Ahora sigo con la segunda parte de la trilogía, llevo ya cincuenta y cinco páginas. Me temo que esta tardaré un poco más en escribirla. Pero bueno, siempre será menos tiempo que el que dediqué a Neogen, seis añitos (que se dice pronto).

En fin, que ahora a retomar el ritmo, al menos hasta que cierto humano irrumpa en mi vida dentro de aproximadamente tres meses.

La semana que viene, comentario de “La Cúpula” que, mal que me pese y a costa de treinta euros menos en mi cuenta, adorna mi estantería en estos momentos.

Un abrazo para todos, encantado de reencontraros.