jueves, 30 de diciembre de 2010

Balance

Más de un mes que hace que no dedico un poco de tiempo a este lugar, en fin, echaremos la culpa a Joel por hacer que su padre se pase el día babeando mientras él está en su carrito/su cuna/los brazos de su madre.

En fin, al grano. Llega el fin de este 2010 (por cierto, feliz navidad para todos, y aprovecho para desearos un feliz año nuevo), y toca hacer balance de lo hecho este año.

Acabé 2009 dando los últimos toques a mi penúltima novela, contento por el poco tiempo que me había llevado parirla y con ánimos de pulirla. Meses después eso se tradujo en un manuscrito que creía aceptable y que, masoca de mí, di a leer a un compañero de penurias, Xavi, que me la diseccionó y, sin temor a hacer uso del bisturí, seccionó y mutiló lo que consideró necesario. Así que vuelta a leer y corregir, esta vez con sus anotaciones. Resultado: 30 páginas más, y un nuevo personaje que, ahora me doy cuenta, hacía falta para redondear el conjunto. Ahora esta novela vuela por el mundo, en busca de la ansiada respuesta que me habría hecho un buen regalo de Papá Noel. Pero esperar es lo que toca, y Job me enseñó muy bien a hacerlo.

Comencé entonces con la segunda parte de esa trilogía, y si bien al principio comenzó bien, ahora llevo unos días hundido en un cenagal, cada vez hay que hilar más fino y poner riendas a los personajes, que están ya curtidos y tienden a desobedecer. No obstante llevo ya 140 folios, en lo que podría considerar un poco más de un tercio del volúmen.

A todo esto las kedadas que comenzamos tres miembros de Prosófagos (Montse, Xavi y yo) han ido creciendo en número de participantes y profesionalizándose, es un hábito que hemos cogido con gustillo y que repetimos cada dos o tres meses, la próxima cae en Febrero por lo que ya avisaré.

En Junio asistí a un programa de radio local al que me invitaron mis profesores del Taller de Escritura Creativa, y lo cierto es que quedé muy contento con la experiencia, si bien es cierto que no puse el link para que me escuchaseis por la vergüenza, ¡qué le voy a hacer, tímido que es uno!

También antes del verano fui jurado de un certámen de relatos de Badalona, de nuevo junto a Montse y Xavi, y fue una experiencia gratificante, tendemos a pensar que los jóvenes solo piensan en Facebook, Tuenti y PlayStation y ¡qué queréis que os diga!, me encantó poder leer tanta calidad, tantas ilusiones y tanta energía en sus textos, y ver las caras ilusionadas de los ganadores al recibir el premio.

Por último, por situación temporal que no por importancia, he colaborado con un par de aportaciones en una revista de ocio, juegos, literatura y arte digital de Xavi (te he nombrado cuatro veces en este texto, estamos a punto de convertirnos en pareja de hecho, je, je), cuyo link os dejo arriba a la derecha, justo debajo de Prosofagia. Echadle un vistazo, ha comenzado con una calidad notable y su futuro problema. ¡Ánimo, compañero, a por el 3!

O sea que miro para atrás, en este año negativista en el que todo ha parecido gris y uniforme, y veo todo lo que he aprendido y hecho. ¿Es hora de pensar en cambiar el título de este blog?

Momento off-topic: evidentemente el logro más importante este año tiene dos ojitos, una naricilla respingona y una boquita pequeñaja que es cierto que me ha quitado mucho tiempo, pero que me hace reír como un tonto cuando me mira y me coge con su manita de los dedos.

Pero bueno, ¡dejémenos de sensiblerías! A disfrutar de la fiesta de mañana, no os atragantéis con las uvas y, de nuevo ¡FELIZ AÑO 2011!