domingo, 5 de septiembre de 2010

La Cúpula, de Stephen King

Suponeos que un día camináis hasta el límite de vuestro pueblo o ciudad y una superficie invisible os bloquea el paso, impidiendo la entrada y la salida. A esta situación es a la que se enfrentan los protagonistas del nuevo libro de Stephen King. Más adelante vendrán las rencillas, la preocupaciones por los alimentos, y la convivencia forzada de los vecinos, en unas situaciones que recordarán en ocasiones a otro cuento del mismo escritor creado muchos años antes, La Niebla (por cierto aprovecho para recomendar la película que de este cuento dirigió Frank Darabont).

Pero lo que subyace durante sus más de mil cien páginas, por encima de las luchas de poder, las situaciones escabrosas o incluso la resolución del conflicto, es el miedo. El miedo a la exclusión, a sentirte atrapado y ver cómo todo a tu alrededor se desmorona, cómo la gente que te rodea y que hace apenas veinticuatro horas eran vecinos normales y corrientes, se transforman en bestias.

En cuanto a los personajes, un diez para King, ha sabido crear seres prácticamente tangibles, comenzando por la marmota que queda seccionada por la mitad cuando baja la cúpula (no destripo nada, que esto sucede en la tercera página) y llegando hasta Dale Barbara, Barbie para los amigos (que no son muchos), el principal pero no único protagonista de la novela. En el bando contrario, en el Lado Oscuro, tenemos a un colosal Big Jim Rennie, un concejal del pueblo que, amparándose en el miedo y en sus creencias se irá consolidando como firme cacique en el diminuto pueblo (llegados a este punto, ¿no es posible extrapolar esta situación a ciertas situaciones recientes acaecidas en los Estados Unidos?). A lo largo de la novela te encariñas con los personajes, odias a algunos de ellos y cuando se acercan las páginas finales no puedes evitar sufrir porque sabes que en breve te despedirás de ellos.

Con respecto al final, decir que sí, que hay un final, que sabemos cuál es el cometido de la cúpula y qué sucede con los habitantes del pueblo. Esto supongo que tranquiliza a algunos lectores de las últimas novelas de King, que saben que suelen tener finales abiertos, y en las que cuando pasas la última página te quedas levemente defraudado. No aquí, insisto, aquí todo se resolverá al final. ¡Y qué final! Pasemos a él en el siguiente párrafo.

No voy a contar nada, simplemente voy a hablar de mis impresiones y de lo que sentí, tranquilos. Mi experiencia fue similar a la que viví con La Tienda, me leí hasta la última décima parte muy deprisa (el libro ha caído en diez días, de los que dos y medio fueron para las últimas cien páginas). Es un libro ágil, con capítulos cortos que te incitan a leer uno más antes de irte a dormir. Y entonces llegan esas últimas cien páginas, y sientes que el escritor te ha manipulado, pues has pensado durante todo el libro en un clímax que no tiene nada que ver con lo que se nos presenta en ese momento, y que lo que te temías que pudiera suceder es peor aún. Ahí llega el verdadero King, te insufla el miedo y la tensión, cada página te acelera el corazón y te estremeces continuamente. Siento ser tan críptico, pero en serio hay que llegar hasta ahí para comprender de lo que hablo.

En definitiva, un libro ágil, que con su grosor se hace corto, una soberbia puesta en escena de los personajes y una situación escalofriante. No hay fantasmas ni monstruos, como en otros de los libros de King, pero aquí se nos demuestra que peor que Pennywise o Cujo puede ser un Big Jim cualquiera.

Lo mejor: La sensación de que se hace corto.
Lo peor: Al tener como protagonista a todo un pueblo, algunos personajes secundarios quedan poco esbozados.

7 comentarios:

Sergio G.Ros dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sergio G.Ros dijo...

Qué buena reseña, Jesús. Tengo muchas ganas de leer esta novela, y tú las has acrecentado.
Lo cierto es que pienso que King ha llegado a una madurez narrativa. Y creo que le beneficia, como en Duma Key.
Un abrazo, amigo.

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Muchas gracias, Sergio,
Duma Key me encantó. Independientemente de la historia en sí, la creación y el desarrollo de los personajes fue uno de sus pun tos fuertes, y aquí la sensación aún se magnifica. Ya dije que me daba reparo gastarme 30 euritos en el libro, pero la verdad es que han merecido la pena (y no, no me llevo comisión, je, je).
Otro abrazo para ti también, amigo.

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Admiro la creatividad de este autor, y me pregunto de donde saca tantas ideas para ecribir esos tochos de páginas.Tengo Apocalipsis, un libro espectacular.
Pero yo prefiero leer obras más cortas, todo lo más unas 5oo páginas, y cambiar a menudo de menú.
Un abrazo, amigo

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Hola Juan,
sí, la verdad es que tiende a extender sus argumentos a lo largo de muuuuchas páginas.
Coincido contigo en la calidad de Apocalipsis, fue uno de los primeros que leí, con mis tiernos 12 o 13 añitos, y huelga decir que ese invierno cada vez que veía a alguien con gripe me ponía un poco nervioso, je, je.
Un abrazo.

Armando Rodera dijo...

Pero bueno, si yo dejé un comentario ayer aquí!! Odio a blogger, ja, ja!!

A lo que iba, Jesús. Me ha gustado tu reseña, y aunque he leído opiniones contradictorias sobre este libro de King, creo que tendré que ponerle a la lista.

Yo también opino que Apocalipsis es uno de los mejores libros del maestro King, leído hace demasiados años, tendré que refrescarlo.

Un abrazo y feliz finde.

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Hola Armando,
es cierto que se ha creado cierta controversia con este libro, de hecho los últimos años de King son amados u odiados (aunque yo me quedo con el primero de los sentimientos, pienso que ha evolucionado como escritor sin renunciar a ese terror cotidiano al que nos tiene acostumbrados).
Un abrazo.