La semana pasada, al estar de vacaciones, no pude asistir a la cuarta clase, por lo cual poco puedo hablar de ella. Los profesores me hicieron llegar un resumen de los temas tratados y al leerlo me dio la impresión de ser una clase bastante introspectiva: se debían llevar tres fotografías y mediante ellas escribir desde el punto de vista del presente los hechos relacionados con las fotografías, y ejercicios así.
Con respecto a la quinta sesión, esta versó sobre los diferentes géneros de literatura. Como siempre, comenzamos leyendo los ejercicios de la semana anterior, dialogando brevemente sobre cada uno de ellos.
Acto seguido los profesores nos leyeron las definiciones que el “María Moliner” da a los diferentes géneros, y en base a ella establecimos una conversación en la cual cada uno de los alumnos debía reflexionar cuál de los géneros le atraía más y explicar sus razones. En ese momento me di cuenta de que formábamos un grupo muy heterogéneo. Error mío, por supuesto ya que había dado por supuesto que todos nos encontrábamos allí para dar rienda suelta a nuestras ansias narrativas, y sin embargo fueron varios los compañeros que mencionaron su preferencia por el teatro o la poesía, por ejemplo.
Después nos fue entregado un pequeño dossier con extractos de libros que mezclaban varios libros, es decir en una novela de repente todo un capítulo aparecía escrito como una obra de teatro (Paul Auster: Brooklyn follies) , o casos curiosos, como en Tres tristes tigres, de Cabrera Infante, en el que algunas páginas aparecen como si fuesen espejos, es decir, reflejando a la inversa los escrito en la página anterior.
Por último, nos pusieron los deberes de esta semana, que consistían en idear tres argumentos y decidir qué tipo de género literario utilizaríamos para escribirlo, argumentando por qué. También debíamos escribir, pero solo uno de los argumentos y en el género escogido.
La reflexión que me queda de esta quinta sesión es que (casi) todo es posible cuando escribes, y que muchas veces buscamos la originalidad solo por medio de nuestras palabras, nuestros argumentos o nuestros personajes, pero también es posible conseguir esa originalidad por medio de mezclar géneros (otra cosa es que me imagine a mi Tejedor de Historias lanzándose a proclamar unos versos, que me temo que ya me parecería demasiado irreal, je, je).
11 comentarios:
Hola, Jesús, éso que dices me parece muy interesante. Cuando uno se propone escribir una historia el primer paso que da para hacerlo es primordial porque arranca de una manera determinada. Los géneros, al igual que la elección de la estructura, de los tiempos verbales, del tipo de narrador (primera, segunda, tercera persona) condicionan la óptica de la historia, haciéndola más cercanar, más objetiva, más fría... En definitiva, que cuando se dice que "todo está inventado" es en parte cierto, pero la otra verdad ineludible es que, "puede contarse de distinta forma".
Un abrazo, amigo.
Los grandes escritores coinciden en decir que la originalidad no hay que buscarla, está ya en un@, y los malabarismos literarios es mejor dejarlos para los maestros. Nosotros con escribir correctamente ya podemos darnos con un canto en los dientes. Igual que Picasso O Miró aprendieron las técnicas básicas para pintar antes de lanzarse a crear algo original.
Interesante el curso.
Muy interesante, Jesús. No sabes cuánto me gustaría asistir a uno de esos cursos. Pero hasta el momento no se ofrecen por aquí. Aprovéchalo, amigo. Un abrazo.
Hola, Jesús
Sí. La originalidad también tiene que ver con la forma. Dejo un fragmento de un artículo del escritor Guillermo Martínez:
«Cualquier alternativa debe partir de reconocer que la literatura es, también, una forma de conocimiento, y esto obliga a tener en cuenta una larga historia de permanente invención, variación y agotamiento de recursos y de efectos, de teorías, de retóricas y de géneros. Pero ¿por qué suponer que esta historia ha llegado a su fin? Lo que se requiere, precisamente, es distinguir en la marea de obras lo que efectivamente “está dicho” de lo que queda por decir. Para formularlo como un programa: escribir contra todo lo escrito.
Claro está que “escribir contra todo lo escrito” se vuelve cada vez más difícil a medida que pasa el tiempo, no sólo por la razón inmediata de que aumentan los registros probados, la extensión de lo que ha sido tocado, sino también porque se agudiza a la par el grado de conciencia de la literatura sobre sí misma, de manera que también se desgastan rápidamente los mecanismos formales, las sucesivas retóricas. Así, cada nueva obra en nuestra época tiene que debatirse con una segunda exigencia de originalidad en el plano de lo formal: establecer su retórica propia».
http://guillermo-martinez.net/notas/Literatura_y_racionalidad
Es el desafío, ¿no? !Bien por estar ejercitando el músculo de la imaginación, Jesús!
Un abrazo,
Esther
Hola Sergio,
las elecciones que comentas pueden ser la clave del éxito o no, y no es un tema que deba ser tratado a la ligera. Debo reconocer que hasta la fecha me he centrado en narrativa y cuento, pero por ejemplo con el ejercicio que nos han puesto esta semana me he sentido cómodo escrbiendo algo de teatro.
Con respecto a lo de "todo está inventado", es cierto que podemaos dar una vuelta de tueca con cómo lo contemos, pienso que ahora mismo, y al menos para mí es más importante el cómo que el qué.
Un abrazo.
Buenas tardes, Lola,
estoy de acuerdo con lo que dices, lo primordial es aprender lo básico antes de probar a hacer virguerías (aunque he de reconocer que con los ejemplos que nos mostraron durante la clase dan ganas de intentar algo así).
Un abrazo.
Bueno, Juan, no te preocupes, verás como más tarde o más temprano tendrás oportunidad de asistir a alguno, es impresionante el ejercicio creativo que supone.
Un abrazo.
Gracias por el extracto, el enlace y el comentario, Esther.
Como comentaba un poco más arriba a Sergio lo que nos diferenciará de los demás es el modo en que escribamos, y como bien dices cada vez lo tenemos más difícil.
Pero bueno, un reto así lo veo como un aliciente, ¿no? y más orgulloso te sientes si lo consigues, je, je.
Un abrazo.
Estoy muy deacuerdo con lo que ha dicho Lola. Veo que aprovechas muy bien las clases, y aprender múchísimo, ojalá hicieran en Mallorca algo parecido.
Un abrazo
Hola Cris,
bueno, hasta que puedas vivir por ti misma la experiencia espero que te sirvan estas entradillas que voy haciendo, si quieres saber sobre un tema en particular dímelo.
Un abrazo.
Jesús, ni idea de que estuvieras siguiendo un taller literario. ¡Tendré que seguir más tu blog!
Bueno, a este tema, sobre la originalidad... a mí me dio un coscorrón en la cabeza leer una frase de C.S. Lewis: "¿Quieres ser original? Di la verdad". Y no necesitarás devanarte los sesos ni buscar complicaciones.
Para pensar un rato...
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