Tal vez por el hecho de no tener internet en casa este tiempo me ha venido bien para observar el tema de mi tetralogía “en frío” y he llegado a la conclusión de que el tema que abarco en ella es arriesgado pues difiere de las temáticas que ahora mismo suelen publicarse (o no, pero para llegar a lo publicable hay que llegar al segundo libro, y claro, no es plan), tal y como me dijeron.
Por ello he llegado a la conclusión de ir muy lentamente con ella, seguir moviendo el primer manuscrito por agencias pero sin agobiarme y sin convertirlo en mi prioridad. Dicha prioridad, a día de hoy, es acabar el manuscrito en el que ahora estoy metido, y por otra parte sacar lo máximo posible del taller de escritura. Me da mucha pena dejar de lado la continuación de la tetralogía con la que di mis primeros pasos, porque llevo ya con ella doce años, pero es lo que hay. Lo que sí que sé seguro es que un día la acabaré, aunque solo sea para tenerla guardada en un cajón. Pero no ahora, ni en un futuro próximo.
Mientras tanto, como he dicho, me dedico a mi nueva novela y, aunque ya lo he comentado en alguna ocasión, me sigue resultando muy fácil escribirla, no percibo un futuro bloqueo y las palabras van fluyendo. Tal vez está muy clara en mi interior, o puede ser que esté alcanzando una cierta madurez técnica (lo sé, suena un poco pretencioso), pero el caso es que no me está suponiendo problemas proseguirla. En este momento llevo ya prácticamente dos terceras partes escritas.
También coincide que estoy en una etapa de gran creatividad. Hace un par de semanas os hablaba de lo que me sucedió la noche del correfoc de las fiestas de mi pueblo, y el hecho es que de continuo me están viniendo ideas de continuo. Siempre he pensado que escribir es como un músculo, cuanto más lo ejercitas más rendimiento sacas. Esta semana pasada además de escribir cerca de treinta páginas del manuscrito, he escrito tres relatos (los deberes del taller), y otro cuento. Lo cual, conociéndome, es mucha más producción de la acostumbrada.
Espero que esta temporada de creatividad dure, mal que le pese a mi novia, que va leyendo todo lo que escribo y la pobre me dice que tengo monopolizados todos sus ratos de lectura.
5 comentarios:
Hola Jesús, me siento reconocido con esta entrada, no puedo evitarlo. Verás, mi segundo manuscrito (de acción-histórico) tiene 900 páginas y es la primera parte de una trilogía. Bien por su extensión, bien por su temática o ambas cosas, lo cierto es que vi, claramente, que era difícilmente publicable, sobre todo para un novel. Como me llevó dos años terminar el borrador, decidí no continuar con la trilogía, no al menos, hasta que tuviera otras novelas publicadas. Ya ves, otra coincidencia, amigo.
Te felicito por esa "productividad". Que siga mucho tiempo.
Un abrazo.
Sergio.
Hola Sergio (o Deusvolt, con esto de los nicks nunca sé cómo prefiere cada uno que le llame).
¿900 Páginas, en serio?, buf...a mí ya me resultó muy duro el "parto" de mi segunda novela y se queda prácticamente a la mitad de la tuya, no ´sé si podría embarcarme en un proyecto tan inmenso.
Un abrazo.
Jesús! 30 páginas en una semana aparte de tus deberes con el taller! en este caso, prefiero llamarte por tu nombre, ja, ja,
Me alegra que estés pasando por una etapa de lucidez creativa, aprovéchala al máximo, y tienes razón, es como un músculo, cuanto más lo trabajas, más fuerte se vuelve.
Un abrazo!
Blanca
Es bueno que escribas, pero 900 páginas uff, un saludo.
a mí un editor me dijo una vez que mi novela de 200 páginas era muy larga jaja
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