jueves, 22 de marzo de 2012

¿Y ahora qué?

Ya por fin está acabada la corrección de Neogen, en este momento la leen varias personas para encontrar fallos ortográficos y, una vez esto también esté hecho y la portada un poco retocada, la mandaré de camino a su conversión en ebook.
Así que… ¿ahora qué?
Pues por el momento HE VUELTO A ESCRIBIR. Durante el tiempo que duró la corrección me resistí a seguir con el manuscrito que tenía entre manos, ya que eran dos universos y temáticas diferentes y por tanto no podía compaginarlos. Pero lo cierto es que lo he pasado mal todo este tiempo, y el hecho de poder escribir el otro día un capítulo, siete paginillas de menos, me hizo darme cuenta de lo que lo había echado de menos. Así que ahora a acabar el manuscrito, que en realidad me queda bien poquito (apenas cuarenta páginas), y luego a dejarlo reposar.
Ese período de reposo quiero utilizarlo para corregir Ka-Tel, continuación de Neogen, y me gustaría tenerlo listo para fin de año, pero a estas alturas lo veo poco probable, la corrección de Neogen se demoró demasiado en el tiempo y ha retrasado todos los planes.
Mientras tanto me he propuesto un nuevo reto: resulta que hace años comencé un libro de relatos de terror, y ahora me he prometido que voy a tratar de escribir un cuento por mes, para ir completando esa antología. Ideas no me faltan, pero al estar embarcado en proyectos de más números de páginas muchas veces olvido lo sencillo que era todo cuando comencé a escribir, cuando siete páginas eran una historia y no un capítulo. Por cierto, y con respecto a esta antología de relatos, tengo preparado otro reto, pero esta vez para los escritores que pululan por aquí. En breve, más información.
Y a todo esto veré cómo me desenvuelvo en el mundo ebook, aprenderé de los errores, seguiré enviando originales a agencias y editoriales y en breve soñaré, como cada Sant Jordi, con poder estar un día sentado en un stand firmando, aunque a día de hoy me basta con imaginar el día en que Neogen vea la luz (de nuevo, pero esa es otra historia y, como decía Michael Ende en La Historia Interminable, debe ser contada en otro momento.

domingo, 11 de marzo de 2012

El reverso tenebroso

Un mes después de la última entrada (y vergüenza que me da pensar en ello) vengo a hablaros, como dije en ella, del Lado Oscuro de la edición digital.
Porque si en la entrada anterior me centraba en las ventajas y las oportunidades que ofrecían plataformas como Amazon y similares, bien es cierto que también tienen inconvenientes que no conviene obviar.
El primero de ellos es la falta total y absoluta de criba. Absolutamente cualquiera puede publicar en esas plataformas, lo cual implica que numerosos libros electrónicos que ahora las pueblan ya no es que sean malos, redundantes o carentes de interés, sino que están plagados de errores, faltas gramaticales y ortográficas e incluso fallos elementales. Esto puede hacer que la plataforma se empobrezca o se gane mala fama al ofrecer productos de baja calidad. Pienso que un futuro a no muy largo plazo este es un tema en el que tendrán que pensar dichas plataformas, por su propio interés y continuidad como referentes de un sistema emergente. Bien es cierto que con la posibilidad de dejar comentarios, y al tomar como referencia lo que otros han comentado, puede dar lugar a un sistema de valoraciones más “democrático”, a diferencia de lo que sucede con el libro físico y el mundo que le rodea, en el que intereses y marketing consiguen que productos mediocres se sitúen en los primeros puestos de ventas merced a estar colocados en la estantería o la columna correcta de la librería de turno.
El segundo problema que le veo a estas plataformas es la masificación que comienza a extenderse. Publicar por estos medios hoy no es lo mismo que hace seis meses, y las buenas obras corren peligro, de hecho este caso ya se está dando, de quedar enterradas bajo muchas otras de calidad inferior. Y supongo que esto cada vez irá a peor, cada vez más competencia y muchos posibles lectores que jamás llegarán a conocerte.
Lo cual enlaza con la tercera desventaja, que es el excesivo tiempo que el proceso toma al autor. Antes, si se seguían los pasos de la literatura “tradicional”, terminabas de escribir y de corregir, y después en la editorial se volvía a corregir, se diseñaba la portada, se maquetaba, y se distribuía y publicitaba. Eso era antes. Ahora, y en estas plataformas, es el escritor o, a lo sumo, sus allegados, los que se encargan de estos temas. Y, seamos sinceros, esto resta una cantidad de tiempo que mucha gente no puede dedicar, lo cual es injusto pues tal vez sus obras son buenas pero él o ella no tiene tiempo de asistir todos los días a foros, blogs, y demás medios, con lo cual es posible que su obra se acabe perdiendo en la inmensidad de la red. Además, siempre he sido firme defensor de los roles, y pienso que un escritor debería escribir, pero a lo mejor no tiene por qué saber ser un buen comercial de su obra.
En fin, que no es fácil, pero nadie dijo que lo fuera. Simplemente es una puerta por la que se nos permite pasar a muchos a los que se nos cerraron bastantes otras con anterioridad. Lo que hay más allá, pues hay que conseguirlo con una mezcla de buena escritura, tesón, ingenio y, por qué no decirlo, una pizca de suerte.
En otro orden de cosas, y aunque en un principio pretendía dedicar otra entrada al tema, quiero pediros opinión sobre la imagen que veis aquí abajo, que se trata de una hipotética portada para la novela. Se aceptan valoraciones y comentarios sobre color, tipo de letra, tamaño, y demás, que ya tengo a los míos fritos y como vuelva a preguntarles por algo más me desheredan/echan de casa.
Muchas gracias de antemano y hasta pronto, que espero traer noticias fresquitas.